SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN
El Sacramento de la Confesión o Reconciliación, es el modo habitual y ordinario por el que nos reconciliamos con Dios y con la Iglesia, luego de haber pecado. Especialmente debemos acudir cuanto antes a este Sacramento, cuando hayamos pecado grave o mortalmente. También es muy útil recibir este Sacramento con cierta frecuencia, mas allá de que los pecados cometidos sean leves o veniales.
Este Sacramento nos regala el perdón de Dios y nos devuelve la Gracia Santificante, si le hemos perdido por haber pecado gravemente.
No hay que tenerle miedo a este Sacramento, pues es un modo muy lindo como Dios nos muestra nuevamente su misericordia y su amor. Tampoco hay que temer de “abrir totalmente el corazón” al sacerdote, pues es Cristo mismo, quien actúa a través suyo. Además, el sacerdote no puede revelar nunca jamás los pecados que tal persona le haya dicho en la Confesión. La Iglesia cuida muchísimo estos aspectos.
Por eso es muy bueno aprovechar este don de Dios con arrepentimiento, alegría y sencillez, buscando cambiar las actitudes erradas.